Creo que están pagando por el pito lo que el silbato ni siquiera vale. Hasta que no esté vigente la Ley de Medios en todos sus alcances y tenga lugar el "que florezcan 1000 emisoras, de radio y tv", cada una con su característica y matíz, seguiremos creyendo que la sesgada medición de sintonía en el área del Gran Buenos Aires es válida para el resto de nuestro enorme país, y sabemos que NO ES ASÍ. El otrora prestigioso periodista, actualmente un ser muy enfermo, física, moral, mental y financieramente, además de rechazo por su actitud egoísta y totalmente evadida de la realidad, me provoca lástima. Se parece a esas vedettes viejas y siliconadas que andan peregrinando por los canales urdiendo falsas peleas para lograr un minuto de exposición pública, por el amor de Dios ... Vemos a muchas personas de diferentes actividades que, a medida que inexorablemente el tiempo transcurre, van adquiriendo el reflejo dorado que, sin ocultar su edad, las enriquece con matices luminosos. Y de la vereda de enfrente, a otros pobres humanos desesperándose por hacer brillar viejos cromados oxidados y abollados recurriendo para ello hasta a pactos con el diablo, si fuera necesario. Este obeso venido a menos está en este último estante.
1 comentario:
Creo que están pagando por el pito lo que el silbato ni siquiera vale.
Hasta que no esté vigente la Ley de Medios en todos sus alcances y tenga lugar el "que florezcan 1000 emisoras, de radio y tv", cada una con su característica y matíz, seguiremos creyendo que la sesgada medición de sintonía en el área del Gran Buenos Aires es válida para el resto de nuestro enorme país, y sabemos que NO ES ASÍ.
El otrora prestigioso periodista, actualmente un ser muy enfermo, física, moral, mental y financieramente, además de rechazo por su actitud egoísta y totalmente evadida de la realidad, me provoca lástima.
Se parece a esas vedettes viejas y siliconadas que andan peregrinando por los canales urdiendo falsas peleas para lograr un minuto de exposición pública, por el amor de Dios ...
Vemos a muchas personas de diferentes actividades que, a medida que inexorablemente el tiempo transcurre, van adquiriendo el reflejo dorado que, sin ocultar su edad, las enriquece con matices luminosos.
Y de la vereda de enfrente, a otros pobres humanos desesperándose por hacer brillar viejos cromados oxidados y abollados recurriendo para ello hasta a pactos con el diablo, si fuera necesario.
Este obeso venido a menos está en este último estante.
Saludos
Tilo, 70 años
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